Regreso al pasado
Visitar la Comarca Campo de Belchite puede ser como hacer un viaje en el tiempo, a una época donde los alimentos se transforman en los molinos, las mercancías viajaban en ferrocarril y la vida transcurría entre la fuente y el lavadero.
En pocas palabras
Esta propuesta la forman algunos de los puntos de referencia del patrimonio industrial y etnológico de la Comarca Campo de Belchite.
- Conocer los neveros o neveras, construcciones que durante siglos hicieron posible transformar la nieve en hielo
- Recorrer algunas casas-cueva o bodegas-cueva recuperadas.
- Descubrir los lavaderos y fuentes mejor conservados de la comarca
- Marcar en el mapa otros hitos del patrimonio industrial como harineras, molinos o vestigios del antiguo ferrocarril.
Comarca de molinos
Los ríos que surcan la comarca han sido la fuerza motriz de su actividad económica. Además de dar riego a los campos, hacían funcionar los molinos que entre los siglos XVIII y XIX hubo por todo el territorio. Máquinas que ayudaban a triturar el cereal, a molturar la oliva o en la fabricación textil.
Almonacid de la Cuba es una de las localidades que conserva molinos que han llegado a nuestros días: el Molino Bajo, situado en el entorno de la presa romana ha sido rehabilitado recientemente y el recinto que lo alberga funciona en la actualidad como oficina de turismo. También perduran recuperados y restaurados el espacio y la maquinaria del Molino Alto, en lo que hoy en día es una casa rural.
Construcciones bajo tierra
En el entorno de Moyuela o Azuara se han excavado durante siglos cuevas para ser utilizadas como viviendas o bodegas, aprovechando las laderas que rodean las localidades y las características del terreno.
El conjunto de casas cueva de Moyuela es uno de los encantos más desconocidos de la comarca en cuanto a patrimonio etnológico. Las asociaciones culturales de la comarca han puesto en marcha recientemente un centro de interpretación y visitas guiadas a esas casas cueva.
En Azuara, una de las cuevas con más historia es la denominada Cueva del Tabaco. Entre sus muchos usos, fue hospital para el bando republicano durante la Guerra Civil y forma parte de la ruta Huellas de la Guerra Civil.
También bajo tierra se esconden otras de las construcciones más características del patrimonio preindustrial de la comarca: los neveros o neveras, edificaciones que permitían guardar la nieve del invierno y transformarla en hielo. Recientemente se ha creado la llamada Ruta del Hielo, un recorrido circular por algunas de las neveras mejor conservadas de la comarca.
Por la estela del tren de Utrillas
Durante buena parte del siglo XX, el ferrocarril minero que unía la localidad turolense de Utrillas con la ciudad de Zaragoza fue uno de los ejes vertebrales de la comarca. En la actualidad, los restos del paso del ferrocarril, en forma de túneles como el de Valdescalera, estaciones abandonadas o la propia vía del ferrocarril, son un atractivo para todas aquellas personas interesadas en el patrimonio industrial.
Además, esta vía es en sí misma un atractivo camino para practicar el senderismo o recorrerlo en bicicleta. Como gran hito de este recorrido de aproximadamente 51 kilómetros se encuentra la pilastra de la Foz de Zafrané, una construcción de ladrillo, que en su día servía para salvar el barranco de la Hoz y que hoy nos habla de la asombrosa pericia de la ingeniería del siglo XX.
De la fuente al lavadero
Herederas de las formas de hacer del pasado, las fuentes de agua potable y los lavadores están indisolublemente ligadas al pasado más reciente de los pueblos. Algunos de los mejores ejemplos de estas construcciones los encontramos en Plenas y Fuendetodos, en Moyuela, donde el lavadero sirve además como exposición permanente de palenes sobre la historia del municipio o en Lagata, donde el agradable entorno en el que se enclava el lavadero hace que la visita sea imprescindible.