Atalayas del mudéjar
Cada uno de los pueblos y culturas que han habitado las tierras de la Comarca Campo de Belchite han dejado aquí su particular legado, pero sin duda una de las más reseñables es la impronta mudéjar.
El mudéjar, encuentro de saberes y tradiciones
Desde el siglo VIII hasta principios del siglo XII, la zona que hoy es la Comarca Campo de Belchite permaneció bajo el poder musulman. Tras la conquista cristiana, muchos musulmanes que mantenían su cultura y sus costumbres siguieron viviendo en el territorio, conservando sus motivos decorativos y sus técnicas constructivas islámicas.
El encuentro de estas técnicas y motivos aplicados a la arquitectura cristiana, con los materiales y estilos arquitectónicos locales, dio a luz en Aragón uno de los estilos más singulares en su historia artística. Algunos de sus rasgos más clásicos son las construcciones y decoraciones en ladrillo y elementos de cerámica, sus torres-alminar y sus decoraciones interiores pintadas o esgrafiadas, elementos que esta ruta nos invita a descubrir.
La iglesia-fortaleza de Azuara
En el casco urbano de Azuara, con su trazado irregular de origen medieval circunscrito por la muralla árabe (todavía visible en algunos puntos) encontramos la poderosa presencia de la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, una de las mejores representaciones de la tipología de iglesia-fortaleza, tan propia del arte mudéjar.
Aunque la iglesia sufrió una ampliación barroca a finales del siglo XVII, sigue conservando elementos del templo original del siglo XIV, como su sobrio exterior en ladrillo, solo ornamentado en la zona alta con arcos apuntados con función defensiva y cornisas decoradas, o sus contrafuertes visibles al exterior. El elemento decorativo más curioso de la iglesia son las cruces flordelisadas que adornan el exterior de la fábrica, un elemento poco común en la arquitectura mudéjar aragonesa.
Las torres-alminar de Belchite
En el centro del Pueblo Viejo de Belchite, junto a la antigua plaza, se levantaba la iglesia de San Juan Bautista, de la cual solamente ha llegado a nuestros días su campanario conocido popularmente como “Torre del Reloj”.
También dentro del conjunto monumental que hoy son las ruinas del Pueblo Viejo de Belchite se encuentran los restos de otro magnífico exponente del mudéjar aragonés: la torre de la iglesia de San Martín de Tours. Deteriorada por la guerra y el paso del tiempo, esta torre todavía conserva su forma muy similar a los alminares almohades. Cuenta con una doble estructura interior que permitía subir a los pisos superiores con una escalera cubierta por bóvedas. En los cuerpos superiores, está decorada con motivos motivos en ladrillo y tiene un remate piramidal de ocho paños.
Lacerías de ladrillo en Moyuela
En este recorrido por el mudéjar en la Comarca Campo de Belchite hay que detenerse en Moyuela, donde sobresale la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, único elemento mudéjar en una iglesia cuya planta es del siglo XVI y su ampliación de estructura barroca. Este elemento nos permite apreciar uno de los rasgos más característicos del mudéjar aragonés: las lacerías y profusas decoraciones en ladrillo que decoran el exterior de la torre.
Entre el mudéjar y el barroco en Lécera
Aunque puede inscribirse en la tipología de iglesia mudéjar, el aspecto de Santa María Magdalena de Lécera es un compendio de distintas fases y épocas constructivas, que fueron enmascarando decoraciones de su primera fase constructiva, como las bóvedas de arista y crucería estrellada, dejando traslucir su influencia mudéjar en otros rasgos como su esbelta torre barroca.
