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Memoria de la contienda

El Pueblo Viejo de Belchite, con sus ruinas marcadas por la artillería y las bombas, es una de las visitas clave para comprender las secuelas de la Guerra Civil en España. Pero no es el único lugar de la comarca en la que podemos conocer la impronta del conflicto.

 

En pocas palabras

La ruta Huellas de la guerra civil nos propone un recorrido comentado por diferentes vestigios, desde los restos de un aeródromo a diferentes posiciones de combate, trincheras y otros territorios de la batalla  y de uno de los capítulos más relevantes de nuestra historia reciente. 

  • El Pueblo Viejo de Belchite es uno de los puntos imprescindibles del recorrido, con sus ruinas convertidas en testigo de la guerra y símbolo de paz. 
  • Restos de posiciones de artillería, un aeródromo o lugares de interés para el bando republicano forman parte de esta ruta.
  • El pueblo de Belchite, con su singular planteamiento, nos lleva a la arquitectura de reconstrucción. 

Estos puntos de interés señalizados se pueden visitar en una sola ruta o como parte de otros recorridos turísticos en torno a la comarca.

Pueblo Viejo de Belchite, escenario de guerra

Una visita indispensable en un recorrido temático entre la guerra es el Pueblo Viejo de Belchite, que en el verano de 1937 fue escenario de una de las batallas más cruentas vividas en la zona, batalla que terminó con la ocupación del pueblo por parte de los republicanos. Al terminar la guerra, el gobierno de Franco decidió mantener las ruinas del pueblo como recuerdo de la batalla.

Hoy en día estas ruinas son testigo mudo de los horrores de la guerra, y las visitas que se realizan al pueblo, una forma de comprender mejor este capítulo de la historia y transmitir un mensaje de paz. Adentrarse en estas ruinas es hacerlo en un paisaje único donde siguen en pie ejemplos muy representativos de la arquitectura mudéjar y barroca, ahora marcados por la metralla. 

 

 

Visitas guiadas al Pueblo Viejo de Belchite

El conjunto monumental se puede recorrer a través de las visitas guiadas que organiza la Fundación Pueblo Viejo de Belchite y que permiten visitar el impresionante edificio de San Martín de Tours, contemplar los restos de la Torre del Reloj y de los conventos de San Rafael y San Agustín, e incluso recorrer las calles y ver los restos de la arquitectura doméstica. La Fundación Pueblo Viejo de Belchite también ofrece visitas nocturnas, en las que las historias misteriosas de la tradición popular de Belchite y la comarca son el eje del recorrido.

Terreno de batalla

Además del testimonio que supone el Pueblo Viejo de Belchite, a lo largo de toda la comarca existen infinidad de vestigios en los que queda la huella del conflicto entre los defensores de la república y los rebeldes franquistas.

Por ejemplo, podemos encontrar los restos de un aeródromo en Plenas, el cuartel general republicano en Azuara, las posiciones defensivas del Saso y el Calvario, pozos de tiradores de trincheras e incluso un campo de desplazados llamado Rusia que acogió a familiares de los represaliados del bando republicano de la Guerra Civil que fueron obligadas a trabajar en los primeros años de la construcción del nuevo pueblo de Belchite y que vivían en un campo de concentración hoy desaparecido.

La ruta llamada Huellas de la Guerra Civil, ayuda al visitante a contextualizar estos restos del pasado y entender los episodios vividos en este territorio.

Posiciones artilleras de El Saso
Posiciones artilleras de El Saso
El pueblo nuevo de Belchite, fruto de la arquitectura de reconstrucción
El pueblo nuevo de Belchite, fruto de la arquitectura de reconstrucción

Arquitectura y propaganda

Belchite es hoy una localidad muy activa, cabeza de comarca y hogar de más de 1500 personas. Sus calles y edificios son un ejemplo de urbanismo y arquitectura únicas que hacen de esta localidad un lugar singular.  Y es que en lugar de reconstruir el pueblo de Belchite devastado por la batalla librada en el verano de 1937, el régimen de Franco decidió incluir la localidad en sus proyectos de reconstrucción y crear un pueblo de nueva planta.

En el nuevo Belchite encontramos destacados edificios como el Ayuntamiento y su plaza, la Plaza de la Bola, la plaza de San Lorenzo o la Granja Escuela donde se mezclan rasgos de la arquitectura civil tradicional aragonesa y rasgos que nos hablan de la función propagandística que el régimen franquista dio a algunos de estos edificios y elementos decorativos. Una ruta con audioguía creada por el propio ayuntamiento permite hacer un recorrido interpretado por la localidad.

 

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